Hablar de una ciudad inteligente, también conocida como smart city, no es algo nuevo. Sin embargo, en la actualidad este tipo de proyecto se vuelve cada vez más cercano gracias a la evolución digital que traerá la red de quinta generación (5G).
De acuerdo con algunos estudios, para el año 2050 se espera que 85 % de la población del mundo viva en ciudades. Ya en 2017, la energía consumida por las urbes fue del 75 %, y generaron 80 % de los gases de efecto invernadero, por lo que uno de los principales objetivos de una smart city es mejorar la vida en estos espacios.
Pero, ¿qué es realmente una smart city y qué hace que una ciudad inteligente lo sea de verdad? En este artículo, explicaremos qué es y cómo reconocerla… Así que continúa leyendo para saber más del tema.
¿Qué es una Smart City?
Muchas de las ciudades en las que vivimos actualmente tienen grandes carencias y no son para nada eficientes para los ciudadanos, pues la seguridad, la limpieza, el mantenimiento de las zonas públicas y otros servicios carecen de una gestión adecuada.
En este sentido, las ciudades inteligentes surgen con la idea de crear espacios eficientes, gestionados con rapidez y precisión. .
Es decir, se trata de una urbe capaz de hacer mucho con poco al gestionar de manera adecuada los recursos y mantener la calidad de los servicios.
Esto, claro, con ayuda de las tecnologías de la información. Al contar con una infraestructura digital que permita conocer y analizar en tiempo real lo que está ocurriendo en las calles, con los servicios, etc., se logrará dar un mejor servicio a los ciudadanos.
Por ejemplo, mediante los sensores de los teléfonos inteligentes o la información que intercambian las personas de manera digital, se obtendrán datos que sirvan para responder de manera eficiente a las fallas o problemas que haya en las ciudades y así elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
¿Qué hace que una ciudad se vuelva Smart City?
Como lo comentamos anteriormente, la tecnología y la comunicación que tienen los dispositivos entre ellos forma parte importante para que una ciudad pueda ser inteligente; no obstante, se requiere de muchas otras cosas más para poderse considerar así.
Uno de los retos más importantes que debe enfrentar una ciudad inteligente es la colaboración entre los sectores públicos y privados y entre todos impulsar la expansión de la infraestructura y los servicios para mejorar la vida de los ciudadanos.
Para ello resulta fundamental la creación de centros de datos y la instalación de sensores, ya que a través de estos dos se podrá analizar la información y dar soluciones a los inconvenientes que se presenten.
Asimismo, esta colaboración permitirá que una plataforma de datos abierta e inclusiva arroje datos de los múltiples sistemas existentes y brinde una visión unificada y transparente tanto a los proveedores de servicios gubernamentales como a los mismos ciudadanos.
Pero una smart city no depende solo de la información compartida, sino también de su análisis, pues la interpretación de datos es lo que permitirá predecir el comportamiento de las personas y de la infraestructura subyacente para dar respuestas rápidas, disminuir interrupciones en los servicios y proporcionar una buena experiencia a la población.
Otros de los elementos que deben ser parte de las características para considerar que una urbe es smart city son los siguientes:
- Integración de los servicios de transporte y de energía.
- Administración eficaz de la economía y recursos materiales.
- Planeación adecuada de la ciudad.
- Accesibilidad total.
- Movilidad ciudadana sustentable.
- Protección del medioambiente.
- Desarrollos arquitectónicos inteligentes.
Ciudades inteligentes del mundo
Existen ya algunos ejemplos de ciudades inteligentes en el mundo, con las cuales se intenta mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, facilitar la gestión de las mismas y optimizar los recursos a los que tienen acceso.
Por ejemplo, Masdar, en los Emiratos Árabes (Abu Dabi), es una ciudad sustentable en la que residen un poco más de 50 mil habitantes y en la que no se pueden utilizar automóviles, pues se persigue no generar ninguna emisión de carbono.
Esta urbe cuenta con un muro verde perimetral para evitar el desgaste que los fuertes vientos del desierto pueden provocar a su infraestructura.
Singapur es uno de los ejemplos más importantes de lo que es una Smart City. Fue nombrada en 2018 como ciudad inteligente en el Smart City Expo World Congress por la importante transformación que logró gracias al uso de la tecnología.
Esta urbe puede hacer un diseño en tiempo real de las rutas dinámicas para sus autobuses a través de algoritmos, así como también el análisis predictivo de las fugas de agua de sus tuberías, todo esto gracias a los sistemas con los que está dotada la ciudad.
Asimismo, Barcelona fue nombrada en 2018 como una de las 3 ciudades más inteligentes, según el listado de Smart Cities World.
La transformación de esta urbe se dio mediante la instalación de nuevos sistemas basados en el Internet de las cosas, lo cual generó alrededor de 47 mil empleos y ha permitido un ahorro de agua de 42.5 millones de euros. Asimismo, se han generado cerca de 36.5 millones de euros en estacionamientos inteligentes.
Para que una ciudad pueda contar con sistemas de ahorro de energía o uso de energías renovables, evitar las emisiones de carbono, predecir fugas o fallas en servicios y tener un transporte eficiente, requiere contar con todo este tipo de servicios basados en tecnología de última generación.
Alcanzar el objetivo de convertirse en una Smart City requiere una estrategia de inversión en investigación, desarrollo y aplicación tecnológica a largo plazo, pues además de toda la infraestructura requerida, también son indispensables las habilidades de los ciudadanos en temas de tecnología, aspectos involucrados todos con la transformación digital.
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Publicado originalmente el 20 mayo 2020, actualizado el 3 enero 2022